En una entrevista para el programa de radio "Cuentos de viajeros'', Mons. Justin habló sobre la búsqueda de Dios, sus hábitos de oración, y cómo la iglesia puede ser un símbolo de la unidad
Arzobispo Justin. (Foto: Frantzesco Kangaris)
Los primeros encuentros con el cristianismo del Arzobispo Justin, como un colegial en el Eton College, no fueron particularmente inspiradores.
"El punto principal para estar en la capilla era terminar de aprender los verbos franceses irregulares que no había aprendido la noche anterior porque estaba hablando con un amigo", dijo Patrick Premier Christian Radio de Forbes, que ha entrevistado a unas 700 personas acerca de su viaje a la fe en el programa de radio 'Cuentos de viajeros' desde 2003.
Sin embargo, una visita por el Arzobispo Trevor Huddlestone, le dejó una impresión. "No fue exactamente chocar contra Dios, pero eran consciente de que había alguien para quien el poder y la convicción en la vida provenía de algo más allá de lo que sabía. Él era absolutamente fascinante. "
Diez años más tarde, a los 18, fue cuando voluntariamente en un programa de la Iglesia en Kenia, algo comenzó a "incidir en mi conciencia" - la conciencia de que los que le rodeaban estaban animados y alentados por su relación con Jesús.
"La apertura a Jesús
El Arzobispo Justin recuerda el momento exacto cuando se convirtió en un cristiano en la Universidad de Cambridge . Una noche, después de una noche dedicado a discutir la cruz con un amigo recientemente convertido, dijo: "Creo que tengo que orar".
"Parecía un poco sorprendido", dijo el Arzobispo, "pero oramos, y abrí mi vida a Jesús."
El Arzobispo Justin dijo que su relación con la oración continua evolucionando."Estoy aprendiendo a orar más - cuando me despierto por la noche, cuando me despierto por la mañana, y a orar todo el día."
También habló sobre su relación profunda con la Oración de Jesús en lo contemplativo, y la forma en como utiliza el correr de la mañana para buscar tiempo para hablar con Dios.
"El más oscuro de los lugares"
Más adelante en la entrevista, que se emitió en el día de Pascua, el arzobispo reflexionó sobre cómo la cruz y la resurrección ayudaron a él y a su esposa, Caroline, cuando su hija murió a causa de un accidente de tráfico.
"El versículo al que volvimos en ese momento era:" En todo, Dios obra para el bien de quienes lo aman. " Otro versículo de los Salmos fue: "El provee de nuestras lágrimas en una botella." Dios conoce nuestro sufrimiento, y el sufrimiento de este mundo tan roto. Y nuestro sufrimiento no era nada comparado con el sufrimiento de muchas personas. Y es en el trabajo en el más oscuro de los lugares. "
Y continuó: "La cruz es el gran punto donde el sufrimiento y el dolor y la tortura y el pecado y el asco del mundo termina en los hombros de Dios - por amor a nosotros. Y la resurrección es, ante todo, la victoria de Cristo. Es la superación por Dios de toda la "materia".
«Vínculo de la paz"
Al hablar sobre la posibilidad de su ser una figura de conciliación (que - si es el caso, dijo - será "por la gracia de Dios") con una fracción de la Iglesia sobre temas como el matrimonio gay y mujeres obispos, el Arzobispo dijo: "Nosotros necesitamos entender la reconciliación dentro de la Iglesia como la transformación de conflictos destructivos - no la unanimidad.
"Esto no significa que todos estamos de acuerdo. Significa que hay que encontrar la manera de no estar de acuerdo -. Tal vez muy apasionadamente - pero en amor profundo, al mismo tiempo, y estar profundamente comprometidos el uno al otro.
Y continuó: "Ese es el reto para la Iglesia si se les va a hablar a nuestra sociedad, que está cada vez más dividido de muchas maneras diferentes".
"Tenemos que ser capaces de decir:" Hay muchas maneras de hacer esto en las que no terminan odiándose los unos a los otros, pero con una unidad y compromiso de unos a otros aunque haya diferencias con apasionamiento, incluso cuando no estamos de acuerdo muy profundamente.
"Es la Iglesia la que llama a proclamar a Jesucristo como Salvador y Señor, y a adorarlo con adoración y pasión", dijo. "Esas son nuestras grandes tareas. La forma en que cumplirla implica ser un símbolo y una señal para el mundo en la paz, la reconciliación, la esperanza, el optimismo, el amor -. De mostrar el fruto del Espíritu en el vínculo de la paz "
Y agregó: "Es un gran desafío porque todos somos pecadores y todos estropeamos constantemente estos objetivos. Pero Dios es más grande que nuestro pecado y nuestra estupidez. "
Fuente: The Archbishop of Canterbury
Edición: Gabinete de Comunicación Iglesia Anglicana de España (IERE)
